El viernes, 9 de junio, el País Vasco acogió la XVII Jornada de atención espiritual y religiosa «Cuidar Compasión» de Hermanas Hospitalarias. El propósito de este encuentro entre profesionales de la salud y de la atención espiritual y religiosa era conectar con el valor terapéutico de la dimensión espiritual que permite a las personas gestionar sus problemas de salud con mayores recursos. Las distintas intervenciones que se sucedieron a lo largo de la mañana subrayaron que una atención corporal, psicológica o social exenta de compasión y que no se complete con apoyo espiritual y emocional no puede ser una verdadera atención de calidad.
En esta ocasión, bajo el título «Un abordaje de la espiritualidad centrada en la persona», la Jornada organizada por Hermanas Hospitalarias concitó a un centenar de asistentes de manera presencial en el Paraninfo de la Universidad de Deusto (Bilbao) y a más de 140 personas que siguieron su desarrollo online. Por primera vez, este espacio de reflexión en torno al cuidado y la compasión, en el contexto sociosanitario que vivimos, se celebraba fuera de Cataluña.
El rector de la Universidad de Deusto, Juan José Etxeberria; el obispo de Bilbao, Joseba Segura, y la consejera provincial de Hermanas Hospitalarias, Mª Rosario Iranzo, formaron parte de la mesa inaugural de este encuentro en el que participó —entre otros destacados ponentes— Mª Jesús Goikoetxea, doctora en Derechos Humanos, profesora de Ética en la Universidad de Deusto, psicóloga, teóloga y buena conocedora de nuestra Institución Hermanas Hospitalarias Aita Menni.
La compasión es uno de los términos preferidos por el cristianismo y está presente en otras muchas tradiciones religiosas, tal y como quedó de manifiesto durante la mañana.
Tras la bienvenida, el rector de la Universidad de Deusto declaró que el cuidado espiritual puede producir un vínculo «misteriosamente potente» entre las personas que cuidan y aquellas que son cuidadas. La consejera provincial de Hermanas Hospitalarias recordó que las dos palabras, cuidar y compasión, forman un «binomio inseparable de nuestra misión hospitalaria» desde la misma concepción, hace 142 años, de Hermanas Hospitalarias como congregación religiosa y que la persona enferma «siempre está en el centro». Destacó también que el carisma hospitalario es una referencia de primer orden en cuanto a sabiduría para tratar con la vulnerabilidad humana. El obispo de la Diócesis de Bilbao dijo sentir la alegría de poder extender mediante esta jornada la capacidad de «sintonía con otros», en estos tiempos en los que la espiritualidad está «un poco reprimida».
En su primera intervención, Mª Jesús Goikoetxea reflexionó sobre la importancia de tener conciencia psicológica para poder entender, de tener en consideración a la persona enferma, de tratarla con dignidad y acompañarla emocionalmente durante su enfermedad. Puesto que el objetivo de cualquier vida humana es alcanzar la felicidad y encontrar sentido en lo que vivimos, los profesionales deben apoyar a las personas para encontrar ese sentido, explicó. Utilizando como referencia la parábola del buen samaritano, aseguró que lo mejor de compadecerse es «convertirse en prójimo», es decir, transformarse en un ser cercano a los demás. «Y creo que ahí tenemos un gran reto, para no perder un estilo de cuidar», añadió.
Mª Jesús Goikoetxea dejó claro que es importante respetar las decisiones personales. Según su parecer, las propuestas de sentido, los proyectos de vida, a menudo requieren valores y apoyo interpersonal. «¿Quién depende más de quién?», preguntaba la ponente. «¿Vosotros de los pacientes o los pacientes de vosotros?» Porque, aunque todos pretendemos tener una vida autorrealizada, somos «seres autoinsuficientes» que necesitan apoyo. La autonomía siempre es interdependiente y cada persona tiene una entidad diferente. A este respecto es fundamental no obligar a alguien a hacer algo que no quiere hacer. El reconocimiento de la identidad de los demás nos permite superar nuestras propias limitaciones, que también las tenemos. Por otro lado, los centros deben fomentar una cultura donde las personas participen activamente en su plan de vida.
«Vamos generando cultura» —dijo Alejandro Florit, director de Identidad de Hermanas Hospitalarias— y para cerrar esta primera parte de la Jornada quiso hacer una pequeña reflexión añadiendo que no en todas las instituciones se reconoce la propia vulnerabilidad y que «esta manera de mirar, nos va capacitando».
Tras la primera parte, en la que se insistió en la necesidad de detenerse y escuchar y también en que para ello a su vez es necesario un cambio en la gestión de las personas y los tiempos para lograr cambios estructurales, comenzó la mesa redonda «Cuidados Compasión». En esta segunda sección se dieron a conocer distintas experiencias y miradas que dan respuesta efectiva a las necesidades desde una visión integral de la persona.
Egoitz Zabala, coordinador del Área de Pastoral y Solidaridad de Aita Menni, fue el moderador y en ella participó el doctor Julio Gómez, coordinador del Servicio de cuidados paliativos del Hospital San Juan de Dios de Santurtzi, para hablar sobre el cuidado centrado en la persona. Su intervención puso de relieve que el camino hacia la compasión comienza dentro de cada persona. La compasión implica hacerse cargo del dolor ajeno y comprometerse con su situación. Pero no debemos olvidarnos de ser compasivos con nosotros mismos la autocompasión nos permite mirarnos a nosotros mismos con ternura y cariño), de cuidarnos para cuidar a los demás. La compasión no debe ser solo una compasión en nuestro ámbito profesional, sino que debe abarcar toda nuestra vida y a todo lo creado, sentenció.
Por su parte, Begoña Rueda, doctora en Psicología y psicóloga clínica en Osakidetza, pronunció la conferencia «Cuidarnos para cuidar». En su intervención hizo hincapié en la importancia del autocuidado y el cuidado institucional, así como en el valor de las personas que cuidan. Destacó la necesidad de valorar a quien cuida y dijo que no todo depende de las condiciones laborales sino de la distribución de la carga de trabajo y de intangibles como el estilo de liderazgo, la cercanía, el respeto y la autonomía profesional.
También formó parte de la mesa Marisa Arias, responsable de pastoral de la salud UP Barakaldo y miembro del equipo de atención religiosa y espiritual del Hospital San Eloy, que compartió su experiencia en la atención de las necesidades espirituales en hospitales públicos para ofrecer una verdadera atención integral.
Jorge Juan Galán, agente de Pastoral en el Complejo Asistencial Benito Menni Hermanas Hospitalarias Ciempozuelos, ofreció la conferencia «De la experiencia al legado en los cuidados espirituales». El orador recordó los primeros momentos vividos en el centro durante la pandemia, cómo deseaba ofrecer paz y serenidad ante el nerviosismo que se empezaba a generar en las personas asistidas.
Para concluir, de nuevo intervino Mª Jesús Goikoetxea. Durante esta segunda disertación, aseguró que es fundamental conocer la historia concreta de cada persona antes de poner en marcha la compasión, que la atención centrada en la persona implica conocer su identidad y su historia para poder brindarle lo que necesita. Y que las narraciones son importantes en este proceso, ya que pueden ser utilizadas para empoderar o deshumanizar a una persona.
En el canal de YouTube de Hermanas Hospitalarias puede accederse a la jornada completa: